Como siempre, cuando comienza un nuevo año, nos proponemos muchas, muchas cosas... que si este año me apunto al gym, este año comienzo la dieta, voy a ser más paciente, este año, dejo de morderme las uñas!!!... y como siempre, ni siquiera somos capaces de cumplir nuestros propósitos un mes.... Yo ya tenía elegido mi reto,... Este año iba a olvidarte.... y justo después de las doce, cuando ya estabamos a uno de enero, suena mi móvil. Jamás hubiese pensado que eras tú, pero.. ahí estaba tu mensaje, deseándome un maravilloso año en el que se cumplan todos mis sueños y pidíendome que me acuerde de ti... ¿Acaso esto se trata de una broma macabra? ¿Qué es lo que intentas conseguir? Alimentas mi ilusión, me haces crecer, volar y llegar a lo más alto, para luego, simplemente soltarme y dejarme caer... ¿Cómo voy a lograr mis propósitos? Creo que nadie había roto tan pronto sus promesas para el nuevo año como yo, que sólo tardé cinco minutos, por eso, no debe extrañarme que ayer, cuando te ví, no paré hasta acercarme a ti, mirarte, sonreírte de nuevo como una tonta y conversar contigo, como si entre nosotros dos, no existiese esa barrera infranqueable, como si nada hubiese cambiado, como si todavía fuesen reales esas largas e interminables despedidas de abrazos y besos..
