viernes, 20 de marzo de 2009

MÁS DE LO MISMO


A veces deseamos tanto algo, que cuando lo conseguimos, no nos damos cuenta y acabamos errando de nuevo. Durante muchas semanas estuve comiéndome la cabeza, practicando ante un espejo, cuales iban a ser mis palabras de despedida y a la vez de agradecimiento hacia esa persona que dice quererme tanto y que yo siento que no merezco. Muchas noches me dormí llorando buscando esa excusa que no lograba encontrar. Llegué a obsesionarme con esa despedida que nunca parecía llegar... y de repente, sin saber muy bien como, esas palabras son pronunciadas, pero no a través de mi boca, no de la forma que yo las diría, pero... son pronunciadas y es entonces cuando, de forma inexplicable, es mi boca la que pide que es mejor no apresurarse, que es mejor pensar todo,... pero, ¿por qué digo eso? ¿acaso mi inconsciente no quiere lo mismo que mi mente? ¿estaba entonces equivocado mi corazón? No lo entiendo. Sólo conseguí que las ataduras de mis lazos, hoy sean más fuertes.

2 comentarios:

Aysha dijo...

Conozco esa sensación, y creo que lo que pasa es que cuando el cambio es tan grande en el fondo tenemos miedo a equivocarnos y por eso no nos atrevemos a dar el paso definitivo... No era el momento y si verdaderamente lo que tiene que pasar es que desates esos lazos, seguramente habrá nuevas oportunidades!!!

chocolat dijo...

te entiendo, poco a poco chuliña!!!
pero solo trata de hacer una cosa y es ser feliz, aunque sea a ratos!! mil bikzos