Tus promesas se quedaron en el camino, lejos del alcance de mi mano, donde ni esforzándome al máximo puedo llegar a conseguirlas.
Necesité tanto... y no estuviste ahí para secar mis lágrimas que ahora ya no importa.
No entendiste lo que te quise decir con la mirada, la última vez que estuviste frente a mí...
Creí ciegamente en tu última y dulce despedida... aunque, sencillamente, no sabía que era la última porque tú me dijiste "hasta mañana".
Tu risa me persigue en cada uno de mis sueños y aún así, la echo de menos...
Necesito pasear bajo la lluvia, cogida de tu mano, en la soledad de la noche, escuchando el sonido del agua al golpear en las calles de piedra que se extienden bajo nuestros pies.
Quiero sentarme a tu lado, mirarte, verte sonreír,... quedarme prendada de ti, del niño que llevas dentro...
Todavía no me creo que no pueda abrazarte.
Eres lo que siempre había querido y no tuve tiempo a disfrutarte....
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